diumenge, 7 de març del 2010

El fondo marino de la Costa Brava sobrevive con apuros

• Algunas especies corren peligro de extinción si no se actúa con rapidez

• Un estudio avisa de que la biodiversidad del litoral está al límite de su recuperación

Mientras la mayoría de ayuntamientos se empeñan en publicitar la excelencia de sus playas haciendo ostentación de las banderas azules obtenidas, un equipo de científicos y voluntarios de la Fundació Mar ha centrado sus esfuerzos en hacer un diagnóstico del estado ambiental y ecológico del fondo marino de la Costa Brava. El resultado es desalentador.
El litoral gerundense está al límite de su capacidad de recuperación. Si no se pone freno a la sobrepesca, la contaminación, la presión humana y los daños de la navegación deportiva, la regresión de la calidad ambiental y la biodiversidad de esta zona privilegiada de Catalunya puede ser irreversible.
«La sensación que experimento al bucear en los puntos que hemos estudiado es comparable a la de ir a un mercado media hora antes de cerrar, cuando ya no queda nada que comprar o los pocos productos que aún están a la venta no tienen demasiado buen aspecto», explica Miquel Ventura, director de la Fundació Mar. Esta entidad sin ánimo de lucro es la que se ha encargado de impulsar el proyecto Silmar, cuyo objetivo final es crear una red de seguimiento de la salud del litoral marino en toda España.
La prueba piloto se llevó a cabo en la Costa Brava durante el año pasado. Seis estaciones gestionadas por voluntarios (situadas en Cadaqués, L’Escala, Begur, Mont-ras, Sant Feliu de Guíxols y Tossa de Mar) han realizado un trabajo de control permanente de la biodiversidad y la salud ecológica de los fondos marinos a través de indicadores biológicos y ambientales.

CONSERVACIÓN / En esta primera fase del proyecto se han detectado unas 600 especies marinas, aunque Ventura está convencido de que en las próximas campañas esa cifra aumentará considerablemente. Algunas de ellas, como la fanerógama marina Posidonia oceánica, el caballito de mar o la ciprea (un molusco prácticamente extinguido en nuestras aguas) están incluidas en el catálogo nacional de especies amenazadas o en peligro de extinción, por lo que requieren acciones comprometidas para garantizar su conservación.
Ventura señala que esta riqueza natural está perdiendo de forma paulatina su vigor y se halla «al límite de sus posibilidades» como consecuencia de los daños colaterales causados por la actividad humana.
No obstante, los científicos de la Fundació Mar consideran que todavía se puede evitar el desastre. Por eso recomiendan aumentar el nivel de protección de las áreas marinas y litorales sensibles e impulsar acciones de sensibilización con el objetivo de promocionar prácticas que favorezcan el respeto y la conservación del patrimonio natural.




Font: El Periodico